Prevención de brotes
Sarampión

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El sarampión es una infección respiratoria altamente contagiosa, que afecta la mucosidad de la nariz y garganta. El virus del sarampión es parte de la familia de los paramixovirus. Fue identificado por primera vez en el siglo IX, en 1957, y es a Francis Home a quien se le atribuye el estudio de que el sarampión es causado por un agente infeccioso.

 

El contagio se transmite principalmente a través de la tos y los estornudos, ya que producen pequeñas gotas que permanencen suspendidas en el aire o activas en la superficies hasta por dos horas. Las personas que respiran esas gotitas y no tienen resistencia al sarampión pueden desarrollar la enfermedad. El sarampión es tan contagioso que si una persona lo tiene, el 90% de las personas que tuvieron contacto con esa persona y no son inmunes, también se contagiarán.

 

El virus también puede transmitirse a través del contacto de las manos y la superficie, y luego tocarse los ojos, la nariz o la boca. Una vez infectado, el virus se adhiere al revestimiento de la nariz y la gargana. A pesar de que existe una vacuna, el sarampión ocurre en todo el mundo y por lo general en personas que no están inmunizadas. El sarampión es sólo un enfermedad que afecta a los humanos, debido a que no se conocen casos en animales o insectos.